Herederos de El Zorro
Las hazañas del Caballero Fantasma
Por Federico Amorós y Miguel Ambrosio
Corría el año 1947 (y yo no llegaría a este valle de lágrimas hasta enero de 1948) cuando la editorial Grafidea encargó a Miguel Ambrosio Zaragoza ilustrar los guiones en los que Federico Amorós presentaba a otro de los muchos sucedáneos españoles del Zorro de Johnston McCulley, al que bautizó con el nombre de El Caballero Fantasma.
En el quinto cuaderno de la colección, el protagonista moría heroicamente, legando al joven Crispín, su protegido y ayudante, la tarea de continuar su labor justiciera, lo que Crispín se aprestaría a hacer desde el número siguiente, manteniendo el "uniforme" de su predecesor, pero cambiando su nombre por el de El Jinete Fantasma. Quizá la razón de tan poco habitual cambio de titular fuera la coincidencia del nombre del héroe inicial con el protagonista de otra serie de aquellos años publicada por la editorial Saturno, con guión de Alcañiz y dibujo de Sangar.
Sea como sea, la colección que nos ocupa se mantuvo durante casi ciento setenta números, entre ellos seis extraordinarios (uno integrado en la numeración ordinaria, los demás independientes), y desembocó en una continuación protagonizada por Chispita, el hijo del Jinete, tan heroico como su padre aunque sin necesitar antifaz, que también consiguió permanecer en el quiosco durante una buena temporada.
Las historias de Amorós están bien desarrolladas y se leen con facilidad, aunque a estas alturas casi todo lo que nos cuenta nos puede parecer ya muy visto, y en estos tiempos de la hipócrita corrección política la violencia puede parecer excesiva, lo que era algo habitual en la época. El dibujo de Ambrós, que iniciaba aquí su carrera como uno de los más admirados dibujantes de tebeos españoles cumplía con creces su misión, puliéndose y mejorando viñeta a viñeta hasta alcanzar en los cuadernos de Chispita el nivel que ya no abandonaría nunca. En su momento, estas aventuras las tragábamos cuando conseguíamos uno de aquellos enormes cuadernos, no muy fáciles de conseguir para quienes teníamos la bolsa menos que floja y dependíamos más de los intercambios o los regalos que de la compra.
Viene al blog hoy El Caballero Fantasma con el primer número publicado facsimilarmente por Joaquín Esteve en una "edición limitada dedicada exclusivamente para coleccionistas" (no he conseguido nunca poseer un ejemplar de la colección original). De los muchos "reeditores" que pululaban por el mundo del tebeo en los años setenta y ochenta, Esteve era uno de los más serios, poniendo en el mercado ediciones tan interesantes como estas de Ambrós, reproducidas con cariño, con mimo y con respeto al material, al autor y, muy importante, al lector.
Sin más, aquí comienzan las hazañas del Caballero Fantasma.
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