Un western al otro lado del Río Grande
Vuelve un pistolero
Un título poco acertado y una trama ideológicamente confusa
Si la entrada anterior trataba de una colección de Exclusivas Ferma que comenzó y terminó su andadura con el título Gran Oeste (durante algún tiempo convertida en Montana Oeste), la historia que viene hoy al blog apareció en una cabecera que pasó de llamarse Indómito Oeste a retomar el viejo título de Ferma.
La editorial responsable tampoco fue muy firme con su denominación, pues si en los primeros números llevó las marcas Producciones Editoriales, encargada de la publicación, y Petronio, a cargo de la edición, después figuró indistintamente uno u otro de los sellos, y en muchos de sus productos, como el que hoy revisamos, no aparecía crédito editorial alguno. En realidad, es muy probable que la empresa editora fuese una especie de sucesora de Ferma, por cuanto su producción mantenía las mismas características de la original. En el caso de las novelas gráficas del Oeste, repitió el sistema de remontar (a veces chapuceramente) historietas procedentes de diversos orígenes, siempre sin acreditar.
Aquí llega, pues, otra aventura de ambiente western, aunque esta vez la acción no transcurre en el salvaje oeste estadounidense sino en el convulso México de la época, con sus continuas revueltas y algaradas. El protagonismo, como era habitual en el género, lo ostenta un esbelto "americano" auténtico, pero todos los demás papeles corresponden a ciudadanos del país del sur del río Grande, tanto la protagonista femenina como los malvados y personajes de apoyo y secundarios.
La trama es amena, y el desenvuelto y atractivo dibujo sirve perfectamente al interés del guión, bien desarrollado pero ideológicamente confuso. Es chocante la inexplicada transformación política del protagonista, presentado inicialmente como un hombre sin demasiados escrúpulos pero que luchaba junto a los insurrectos atraído por "la justicia de su causa", pero aún más chocante es la vuelta de tuerca que convierte a los rebeldes en los malvados de la función y a los soldados federales en los salvadores de la pareja protagonista, y no digamos el "final feliz" que parece sugerir el triunfo gubernamental contra la revolución mexicana. Además, asistimos al increíble acto de desinterés de nuestro héroe de quemar el botín por el que había luchado durante toda la aventura, para evitar que cayera en manos de sus antiguos compañeros.
El título y la ilustración de portada no guardan ninguna relación con el contenido, sospecho que son producto de la imaginación editorial.
En el episodio que vimos en la entrada anterior sólo se acreditaba al autor literario de la historieta; en la que llega hoy al blog no figura acreditación de autoría alguna, y no he sido capaz de encontrar ningún rastro que me pudiera ayudar a descubrir al guionista o al dibujante, y tampoco cuál fue la publicación en la que se apareció originalmente o al menos su nacionalidad. En cuanto a su lugar en la colección, aunque en la contraportada aparece el número 16, el título de portada y el precio indican que debe tratarse de uno de los números de la decena del 160 al 169.
Como de costumbre, tengo la esperanza de que esta entrada llame la atención de alguien que pueda ayudarnos a descubrir a los autores y las demás incógnitas de esta historieta.
La editorial responsable tampoco fue muy firme con su denominación, pues si en los primeros números llevó las marcas Producciones Editoriales, encargada de la publicación, y Petronio, a cargo de la edición, después figuró indistintamente uno u otro de los sellos, y en muchos de sus productos, como el que hoy revisamos, no aparecía crédito editorial alguno. En realidad, es muy probable que la empresa editora fuese una especie de sucesora de Ferma, por cuanto su producción mantenía las mismas características de la original. En el caso de las novelas gráficas del Oeste, repitió el sistema de remontar (a veces chapuceramente) historietas procedentes de diversos orígenes, siempre sin acreditar.
Aquí llega, pues, otra aventura de ambiente western, aunque esta vez la acción no transcurre en el salvaje oeste estadounidense sino en el convulso México de la época, con sus continuas revueltas y algaradas. El protagonismo, como era habitual en el género, lo ostenta un esbelto "americano" auténtico, pero todos los demás papeles corresponden a ciudadanos del país del sur del río Grande, tanto la protagonista femenina como los malvados y personajes de apoyo y secundarios.
La trama es amena, y el desenvuelto y atractivo dibujo sirve perfectamente al interés del guión, bien desarrollado pero ideológicamente confuso. Es chocante la inexplicada transformación política del protagonista, presentado inicialmente como un hombre sin demasiados escrúpulos pero que luchaba junto a los insurrectos atraído por "la justicia de su causa", pero aún más chocante es la vuelta de tuerca que convierte a los rebeldes en los malvados de la función y a los soldados federales en los salvadores de la pareja protagonista, y no digamos el "final feliz" que parece sugerir el triunfo gubernamental contra la revolución mexicana. Además, asistimos al increíble acto de desinterés de nuestro héroe de quemar el botín por el que había luchado durante toda la aventura, para evitar que cayera en manos de sus antiguos compañeros.
El título y la ilustración de portada no guardan ninguna relación con el contenido, sospecho que son producto de la imaginación editorial.
En el episodio que vimos en la entrada anterior sólo se acreditaba al autor literario de la historieta; en la que llega hoy al blog no figura acreditación de autoría alguna, y no he sido capaz de encontrar ningún rastro que me pudiera ayudar a descubrir al guionista o al dibujante, y tampoco cuál fue la publicación en la que se apareció originalmente o al menos su nacionalidad. En cuanto a su lugar en la colección, aunque en la contraportada aparece el número 16, el título de portada y el precio indican que debe tratarse de uno de los números de la decena del 160 al 169.
Como de costumbre, tengo la esperanza de que esta entrada llame la atención de alguien que pueda ayudarnos a descubrir a los autores y las demás incógnitas de esta historieta.
Eduardo Urrutia me sugiere que el dibujante de esta historieta puede ser Alberto Salinas, y me comenta que en el blog "Cómics, historietas, tebeos" ya hace algunos años que apareció este mismo tebeo, sugiriendo la autoría del hijo de José Luis Salinas (desde este enlace se puede visitar la entrada del blog de Horacio Díez: https://tinyurl.com/y7vwl23j).
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