Insignes forasteros en los tebeos españoles (I)
George Martin

[Entre paréntesis, sería curioso constatar cuántos "quintos beatles" existen para esos gacetilleros, desde Brian Epstein y los iniciales miembros del grupo Pete Best y Stuart Sutcliffe hasta Jimmy Nicol y Billy Preston].
De modo que, como cabía esperar, un pintamonas que compartía su nombre con estas potencias digitálicas es casi imposible de localizar en el mundo virtual. Finalmente he tenido que hacer lo que debiera haber sido mi primer paso, y en el Gran Catálogo de Tebeosfera he encontrado alguna información y una humilde fotografía del George Martin al que se refería mi búsqueda, un dibujante británico que limitaba su firma al apellido, autor de una prolífica cosecha de tiras y páginas humorísticas y que es uno de los muchos historietistas foráneos que ocuparon un lugar de honor en las páginas de las revistas y tebeos españoles. La fotografía citada figura a la izquierda.
De Martin no he conseguido encontrar, no obstante, más que una serie publicada en nuestro país: Bunion, protagonizada por uno de esos hombrecitos que tanto juego han dado en la historieta, pero el dibujante británico fue autor también de otras series de muy buena pinta, como Greedy Pigg o la que protagoniza el pequeño reyecito Gussie.
A mediados de los años cincuenta, en la revista de Bruguera Selecciones de humor de El DDT, fue cuando comenzó a publicarse en España Bunion, primero en tiras sin título o con títulos diferentes. Aquí va una buena muestra de aquellas historietas.
Cuando el suplemento de El DDT llevaba ya medio centenar de números publicados alguien decidió rebautizar al bueno de Bunion, que pasó a ser desde entonces Telémaco.
Pero no fue éste el nombre con el que definitivamente se conocería al personaje martiniano en España. Bruguera, editorial responsable de su primer bautizo en castellano, cuando se adueñó de Tío Vivo, la revista que Giner, Escobar, Peñarroya, Cifré y Conti habían creado al abandonar la nave brugueriana en intrépido gesto de rebeldía, echó mano de nuevo de la serie de Martin, cambiando otra vez el nombre del hombrecillo, que se convirtió en Fulanítez, apelativo con el que seguro que es más recordado por los lectores de tebeos.

Creo que la de George Martin es una firma que merecía este pequeño recuerdo, y espero que no caiga en saco roto y haya quien lo disfrute.