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miércoles, 29 de agosto de 2018

El Coyote (II)

   

Segundo repaso a las novelas de Mallorquí 

Nuevos personajes y tramas cada vez más cuidadas
   
Encabeza esta nueva entrada la portada de un ejemplar de la segunda edición de El Coyote, publicada por Cid a comienzos de los años sesenta, con hermosas portadas de Jano. Aunque en casa quedaban todavía muchos números de la colección original que mi padre había ido comprando fielmente, mi afán completista me obligó a hacerme con la nueva colección.
Aunque sin las ilustraciones de Batet, la nueva edición tenía para mí algunas evidentes ventajas: la principal, la facilidad de esconder las novelas que permitía su pequeño tamaño. Podría asegurar que durante los años de internado ni un solo día faltó en mis bolsillos alguna novela del Coyote.
Continuando con la revisión de los primeros números de la colección llegamos al séptimo, Victoria secreta, que no es sino la continuación del episodio anterior. Mallorquí consiguió así ampliar los límites que la rígida paginación  le imponía. A partir de entonces las historias comenzaron a aumentar de páginas, llegando a episodios que se prolongaban durante bastantes números.
El caso es que cuando en el número anterior el Coyote entregó a la justicia al notario Shepard y el abogado Turner con la idea de que fueran condenados a una buena temporada en prisión, el resultado no fue el que el enmascarado esperaba, sino que la sentencia fue la horca. Don César consideró aquel castigo excesivo y se vio obligado a evitar la ejecución, ayudado por Ricardo Yesares.
Protagonizan la novela dos forasteros que llegan a Los Ángeles en vísperas del cumplimiento de la sentencia, un valiente pistolero y un jovencito atildado que resulta ser en realidad la hija de uno de los condenados... Con esos elementos, no es difícil imaginarse el desarrollo de la historia, que se complica con la existencia de un misterioso grupo de forajidos conocidos como La Banda de la Calavera.
La imagen de portada no presentaba a nuestro héroe, ni tenía relación con la historia narrada. Batet dibujó, además de esta imagen, tres ilustraciones para la novela, una de ellas a toda página.
   


   
Continuando con el tema iniciado en los números anteriores, la siguiente novela, Sierra de Oro, enfrenta de nuevo al Coyote con la Banda de la Calavera. Nuevamente una joven pareja ocupa el lugar principal del relato, concluyendo, como era habitual, con un romántico final feliz en el que la rica heredera y el modesto vaquero se unían en feliz matrimonio. Mallorquí entregó en este número uno de sus malvados más conseguidos, el siniestro juez Esley, al que era un placer odiar desde su primera aparición.
Batet realizó para este número la imagen de cubierta, una dinámica escena con una estampida de cornilargos, que esta vez sí reflejaba una escena de la novela, dibujando además cinco estupendas ilustraciones a toda página, salvo la inicial, que encabezaba el primer capítulo.
   



   
El siguiente número de la colección significó el primer momento romántico para nuestro héroe tras la muerte de Leonor. La relación de César de Echagüe y la heredera del rancho Acevedo fue de apasionado amor (aunque la lectura de las novelas no da demasiadas muestras de ello), y el corazón del californiano quedó destrozado tras la muerte de su esposa. Es en esta nueva aventura donde Mallorquí comenzó a demostrar su habilidad para los relatos de amor. Una hermosa espía sudista, Ginevra Saint Clair, enrolada por la Banda de la Calavera para acabar con el Coyote y que está a punto de descubrir su identidad secreta y acabar con el enmascarado, es la que conquista ahora el corazón de Echagüe, pero tras una serie de avatares, en los que Ginevra acaba ayudando al Coyote a eliminar a todos los componentes de la banda, un disparo acaba con su vida y deja de nuevo a César desconsolado.
   




Los relatos de Mallorquí necesitaban más páginas para desarrollarse, y en el número siguiente se ensayó un medio para darle mayor espacio al autor. La justicia del Coyote, el número 10 de la colección, fue el primer extraordinario, figurando en los listados como Extra número 1, con ochenta y nueve páginas de texto y siete ilustraciones de Batet. Incluía además una declaración de Mallorquí sobre su personaje y su labor literaria, que adjunto tras las ilustraciones.
La novela presenta un vibrante relato completo independiente de los temas de fondo de la serie en el que un condenado a muerte, antes de subir a la horca, encarga al Coyote descubrir y castigar al culpable del crimen que se le imputa. Como es natural, nuestro héroe responde a la petición y todo se resuelve como es debido. El autor, fiel a su costumbre, no dejó de incluir en el reparto de la novela la consabida pareja juvenil que, a pesar de sus grandes diferencias (ella, heredera de los bienes que el ajusticiado le legara; él, compañero de celda del condenado en el penal), consigue llegar a un nupcial desenlace de la aventura.
   





1 comentario:

  1. Subsano un error añadiendo la séptima ilustración de Batet para el Extra número 1, "La justicia del Coyote", que se me había traspapelado.

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