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viernes, 18 de enero de 2019

La soberbia fauna africana de Tomás Marco

   

Kalar

Las malandanzas españolas de una serie gala de autor hispano
    
A principios de los años sesenta, la editorial francesa Impéria encargó a Tomás Marco Nadal la realización de una colección de aventuras africanas con un protagonista inspirado, como era inevitable, por Tarzán, pero con esenciales diferencias con el héroe de Burroughs. Kalar, el nuevo tarzánida, no era un niño abandonado entre los animales, sino un joven heredero francés cuyo avión se estrella en la selva africana cuando escapaba de la acusación de asesinato tramada por un pariente que pretendía despojarle de su herencia. Allí será recogido por una tribu de pigmeos, con los que decidirá compartir su vida desde entonces. 
Portada del primer número
de la colección francesa.
La melodramática trama cede inmediatamente lugar a una serie de aventuras puramente "africanas", éstas sí tarzanescas, aunque el joven Jean Calard (bautizado Kalar por un joven pigmeo) no se ataviará con taparrabos ni renunciará a los avances tecnológicos, especialmente las armas de fuego. 
Las hazañas de Kalar se publicaron en Francia en formato de novelas gráficas de 64 páginas, la primera de las cuales apareció en noviembre de 1963, consiguiendo la serie un rápido reconocimiento y prolongándose hasta alcanzar los 232 números. El dibujo corrió a cargo de Tomás Marco, salvo unos pocos episodios en los que le sustituyó otro español, Rafael Méndez.
No he conseguido descubrir quién era el guionista de la colección (¿quizá el propio Marco?). El caso es que las tramas no pasaban de aceptables y tópicas, siendo el arte de Marco el que consiguió elevar la colección a un nivel muy interesante. Sus retratos de los feroces animales africanos son de un vigor y una fuerza insuperables.
El inicio de la serie original.
En España, sin embargo, Kalar fue una colección muy poco valorada y muy maltratada en las escasas ediciones que conoció. El primer sello que la tradujo fue Boixereu (pronto rebautizado como Boixher), que puso en el quiosco en 1966 una primera serie de libritos en el mismo formato de bolsillo de la edición francesa, comenzando por el título inicial y recogiendo luego otros diecinueve episodios sin respetar el orden cronológico ni preocuparse porque el lector quedara en la ignorancia de las aventuras que asentaron las líneas maestras de la colección. 
Después de una docena de números en los que Boixereu mantuvo la paginación original, los libros perdieron dieciséis páginas, lo que obligó a que los episodios pasaran de cada número al siguiente, e incluso a dejar alguno interrumpido sin esas páginas finales (como ocurrió, al menos, en el que se publicó como número 17, que llevó el título de El gorila rojo). 
Listado de números publicado
en Kalar Extra nº 1
Tras el número 20 llegó al quiosco en 1969 (numerado en su interior como 21 y con el sello "Extra" en portada) otro episodio, "Secuencia mortal", en el que se recuperaban las 64 páginas. No obstante, en el listado de títulos del siguiente número se anunciaba la cabecera Kalar Extra como una nueva serie, y "Secuencia mortal" pasaba a considerarse ahora el número 1 de esa nueva colección en lugar del 21 de la anterior. En Kalar Extra se publicaron 23 números, con igual falta de respeto al orden canónico aunque conservando, ahora sí, la paginación completa de cada episodio. Los catorce primeros números fueron novedades, pero a partir del 15 se repitieron episodios ya publicados en la colección anterior, incluido el número 17, ahora completo.
Boixher publicó al menos un retapado de su primera colección (con los tres primeros números), y dos de la segunda (con dos ejemplares en cada libro). 
Las malandanzas de Kalar en español se reanudaron a mediados de los años setenta, cuando el sello Producciones Editoriales (que antes había sido Ferma) lanzó una colección de aventuras selváticas que llevó por título África Salvaje... y consistía simplemente en nuevos episodios del inefable Kalar, ahora rebautizado Cobra, ignoro por qué razón. La maestría de Marco Nadal, especialmente en la recreación de las fieras africanas, nos hace perdonar que para poder disfrutar de su trabajo tuviéramos que sufrir la falta de atención de otro editor que publicaba de cualquier manera (con mejor papel e impresión menos deficiente que en el caso de Boixher, eso sí).
Página 12 con el montaje erróneo.
Esta nueva aventura de Kalar o Cobra sólo duró ocho números... pero se repitió al poco, cuando en 1981 Producciones Editoriales nos sorprendió con otra colección africana, La Selva Misteriosa... en la que, con nuevas portadas y alterando el orden de los episodios, se nos repetían de nuevo las ocho historietas de África Salvaje: otro claro caso más de falta de seriedad editorial.
Página 39 mal maquetada
y con una falta de ortografía.
A pesar de los pesares, aunque las historias no sean obras redondas, aunque la edición fuera descuidada y la impresión fatal, me ha parecido que Kalar merecía una oportunidad en el blog. Tengo acceso a varios números de las ediciones en español, y si todo va bien, intentaré compartirlos, como muestra del buen hacer de Tomás Marco, un dibujante al que merece la pena recordar por algo más que sus primeras historietas, los cuadernos para niñas, su serie de El aventurero del espacio o su trabajo en El Capitán Trueno.
Empecemos por el primer número. El arte de Tomás Marco fue mejorando episodio a episodio, pero creo que merece la pena comenzar la historia por el principio.
Escanear las novelitas gráficas sin descuajaringarlas es complicado, se me perdonará que haya manipulado alguna páginas para evitar los desaguisados que la digitalización de libros encolados provoca. Ya puesto, he corregido también algunos errores editoriales, viñetas deformada y más de una falta de ortografía, además de un par de casos de montajes erróneos: en las páginas 12 y 39 se había colocado la viñeta inferior arriba y la superior abajo. Les he dado la vuelta sin cortarme un pelo. 
   


































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