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miércoles, 16 de enero de 2019

Un proyecto de prensa juvenil de poco vuelo

La Matraca

Una revista que no consiguió cubrir sus objetivos

   
A mediados del siglo pasado comenzaron a publicarse revistas destinadas a la adolescencia y juventud que intentaban alejarse del tono didáctico, edificante y piadoso que lastraba la mayoría de las colecciones nacidas con aquel fin hasta entonces. Entidades comerciales, eclesiales, periodísticas o académicas dieron lugar a títulos como Duwarín, Gaceta Ilustrada, Trinca o 3 Amigos, además de las dedicadas al mundo de la música pop y el espectáculo (Mundo Joven, Fans...) o los suplementos de cabeceras de prensa como La Actualidad Española o los diarios Abc o El País.
El Centro Internacional de Estudios para la Escuela y la Comunicación (ESCO) fue un sello que lanzó varias publicaciones de tipo pedagógido destinadas a lectores juveniles, entre las que figuraba una revista del tipo de las que comentamos, La Matraca, un magazine que pretendía, según se explicaba en el editorial de presentación que abría el número 0, ofrecer a la juventud un producto que respondiera a lo que la juventud demandaba. Para ello, se afirmaba en el citado editorial, "hemos consultado en los últimos meses con muchos jóvenes de ambos sexos `los problemas de nuestra edad´", y el resultado de esas consultas fue que lo que más insistentemente solicitaban los jóvenes era humor e información. Una conclusión que en mi opinión no aportaba demasiada luz acerca de los intereses reales de la juventud.
Aquella voluntad de respuesta a los problemas y demandas de la juventud fue el motor de una revista que combinaba la información más o menos juvenil con reportajes e historietas, lo que no parece que respondiera demasiado a las necesidades de aquella juventud de los años setenta, por cuando al cabo de una docena de números La Matraca desapareció del quiosco. Es posible que entre las causas de la escasa vida de la revista se contaran los problemas de la distribución, porque lo cierto es que no era fácil encontrarla en los puntos de venta. De hecho, yo mismo, que compré el número 0 en el quiosco madrileño al que acudía a diario, no conseguí encontrar ninguno más a la venta.
El contenido de la revista, a juzgar por el único número que conozco, no se diferenciaba demasiado de algunos otros proyectos de este tipo. Con más atención a la historieta que Mundo Joven, pero menos que 3 Amigos, Duwarín y otras de este tipo, no parece que encontrara un hueco por el que llegar a situarse en el mercado, y desapareció sin dejar casi recuerdo.
En su primera salida, La Matraca presentaba tres historietas: una de Ceesepe de dos páginas en blanco y negro, otra de E. Santana que ocupaba las ocho páginas centrales a todo color y una  tercera de Hernández, también en color, de dos páginas.
A continuación presento aquel número cero, en la confianza de que habrá más de un aficionado al que le interese repasar otro de los intentos de publicación para jóvenes que llenaron los quioscos en aquellos convulsos años.
Un claro error de maquetación.
Me ha chocado el evidente error de montaje de las páginas 31 y 32 de este número. Las dos páginas compartían una ilustración de cabeza que pasaba de una a la otra, lo que precisaba que fueran páginas enfrentadas, pero en la confección de la maqueta se convirtieron en páginas opuestas, estropeando el efecto buscado. Cosas que pasaban... y aún pasan. A la derecha coloco las páginas tal y como deberían haber aparecido en la revista.
Sin más, veamos lo que se cocía en La Matraca.
  

















2 comentarios:

  1. No eran para esos tiempos... Creo que son brutales.

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  2. Sería interesante poder revisar la colección completa, un solo número, y además el cero, es poco material para juzgar con conocimiento.

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