Aventuras para menores de un artista mayor
El "Chipirón" y su tripulación
De Alfonso Figueras
Alfons Figueras es otro de los grandes artistas del tebeo español, un autor de gran personalidad y un dibujante con encanto [hasta bien avanzados los años setenta, el autor firmó con su nombre castellanizado, como era norma en aquella España].
Figueras consiguió ser una de las firmas indiscutibles de la mejor Editorial Bruguera sin renunciar a su estilo, completamente distinto del que la casa había elaborado y mantenido durante décadas. Creador de historietas dirigidas a un lector más atento y preparado de lo que se suponía para un consumidor de tebeos, se trata de un autor que ofrece siempre algo más que la simple repetición de gags de garrotazo y tente tieso.
Para la revista Tele Color, nacida para luchar contra la televisión que invadió el ocio de los adolescentes españoles en los años sesenta (y no sólo de ellos), Figueras creó esta serie de aventuras marineras de una insólita tripulación submarina compuesta de niños. Si en la pequeña pantalla navegaba el Seaview, con el almirante Nelson y el capitán Crane al mando, en el mar de papel era el Chipirón el submarino que corría emocionantes aventuras, con su menuda tripulación (el pequeño Pigmeón, el oscuro Boliche, el orondo Fatty, el indio Plumitas y el cocinero chino Coco-Lin), comandada por el capitán Pecas, en episodios de distinta duración, desde las dos páginas del sexto, "Pastel a reacción", hasta las siete del siguiente, "Contra el doctor X". Historietas destinadas a los lectores más jóvenes pero creadas con el cuidado y el cariño que Figueras ponía en todos sus trabajos y que para disfrutarlas no exigen del lector más que una mente abierta a la maravilla.
Los ocho episodios que se recogen en la entrada se reeditaron a principios de los años setenta desde el número 57 al 64 de la revista Gran Pulgarcito, de donde los he tomado. Como en otros casos, al tratarse de tomos encuadernados, el escaneo no ha sido fácil y me quedaba siempre un poco deformado y difuminado el margen interno de la paginación, por lo que el trabajo de "arreglo" que he tenido que realizar quizá resulte algo artificial, espero que el desastre no sea excesivo y que la lectura siga siendo placentera.
Figueras consiguió ser una de las firmas indiscutibles de la mejor Editorial Bruguera sin renunciar a su estilo, completamente distinto del que la casa había elaborado y mantenido durante décadas. Creador de historietas dirigidas a un lector más atento y preparado de lo que se suponía para un consumidor de tebeos, se trata de un autor que ofrece siempre algo más que la simple repetición de gags de garrotazo y tente tieso.
Para la revista Tele Color, nacida para luchar contra la televisión que invadió el ocio de los adolescentes españoles en los años sesenta (y no sólo de ellos), Figueras creó esta serie de aventuras marineras de una insólita tripulación submarina compuesta de niños. Si en la pequeña pantalla navegaba el Seaview, con el almirante Nelson y el capitán Crane al mando, en el mar de papel era el Chipirón el submarino que corría emocionantes aventuras, con su menuda tripulación (el pequeño Pigmeón, el oscuro Boliche, el orondo Fatty, el indio Plumitas y el cocinero chino Coco-Lin), comandada por el capitán Pecas, en episodios de distinta duración, desde las dos páginas del sexto, "Pastel a reacción", hasta las siete del siguiente, "Contra el doctor X". Historietas destinadas a los lectores más jóvenes pero creadas con el cuidado y el cariño que Figueras ponía en todos sus trabajos y que para disfrutarlas no exigen del lector más que una mente abierta a la maravilla.
Los ocho episodios que se recogen en la entrada se reeditaron a principios de los años setenta desde el número 57 al 64 de la revista Gran Pulgarcito, de donde los he tomado. Como en otros casos, al tratarse de tomos encuadernados, el escaneo no ha sido fácil y me quedaba siempre un poco deformado y difuminado el margen interno de la paginación, por lo que el trabajo de "arreglo" que he tenido que realizar quizá resulte algo artificial, espero que el desastre no sea excesivo y que la lectura siga siendo placentera.
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