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viernes, 20 de noviembre de 2020

Dibujantes españoles poco recordados

       

Luis Vigil

  
El dibujante Luis Álvarez Prieto, que firmaba como Luis Vigil [y a quien no debe confundirse con el editor, estudioso, dibujante y otras mil cosas más Luis Vigil García], era un artista sobrio y elegante que dibujó para tebeos y revistas del "Movimiento Nacional" en los años cuarenta y cincuenta, abandonando después la historieta, que sustituyó por la ilustración y la publicidad, lo que quizá contribuyó al olvido en el que ha caído entre los aficionados y la crítica. Su obra más recordada fue la colección Raj Cobra, tres cuadernos de aventuras selváticas en la tópica India del pulp.
Dedicamos hoy la entrada del blog a tratar de recuperar un poco la memoria de un artista que, a mi parecer, podría haber dado mucho más de sí en el campo de los tebeos.

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Aunque el hombre ha sido siempre un ser belicoso [y la historia apenas recuerda un momento en que no hubiera ninguna guerra en marcha], la primera mitad del siglo XX destaca como la época que vivió las más terribles contiendas que la humanidad recuerda. A finales de los años cuarenta, con la II Guerra Mundial aún muy presente y la Guerra de Corea a punto de iniciarse, en España no se habían olvidado aún los desastres y el terror de nuestra contienda civil. Las publicaciones para niños de aquellos años abundaban en historias guerreras en las que no se ahorraba violencia y destrucción. La revista Trampolín, publicada por la asociación laica de la Iglesia española Acción Católica, no era una excepción en esto. Sus páginas contenían historietas y relatos, y el lugar de honor de la portada lo ocupó en los dieciséis números iniciales la bélica narración en viñetas de Luis Vigil titulada Terror en Mongolia, que no es exactamente una historieta, pero que se acerca bastante, por su estructura y sus características, a lo que se acepta generalmente como cómic. La trama del relato mezclaba elementos fantásticos con imágenes bélicas en las que el dibujante dejaba buena muestra de su maestría tanto en el dominio de la anatomía humana como en el dibujo de maquinaria guerrera.
Terror en Mongolia trasladaba la acción a un momento indeterminado, quizá en el futuro, y a los lejanos confines de Asia, pero no es difícil encontrar viñetas que traen al recuerdo imágenes de nuestra guerra o de la contienda mundial.
    
















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Desde el número 17 de Trampolín, el privilegiado espacio de la portada fue ocupado por una novelita de tono desenfadado de Eduardo Valdés. La peripecia, de tema más o menos policiaco, se aprovechaba para hacer un indisimulado canto al Tren Articulado Ligero Garaicoechea-Oriol (Talgo), un avanzado ferrocarril obra del ingeniero Alejandro Garaicoechea Omar cuya inauguración se anunciaba por aquellas fechas, lo que justifica que en el título se hable de un suceso futuro, y así se presente en el primer capítulo: "Cuando el famoso tren superaerodinámico recorra las llanuras castellanas, sucederá que el joven periodista Javier de Uxó, llamado urgentemente por el director de la revista en que colabora con más asiduidad, habrá ocupado uno de los asientos del vagón de cola...".
Completamos esta entrada con las siete páginas de aquel relato, que Luis Vigil iluminó con hermosas ilustraciones en un estilo más comedido y menos románticamente heroico que el de Terror en Mongolia, pero igualmente eficaz y disfrutable.
    






2 comentarios:

  1. ¡Muy bueno, Alejandro! No conocía a este homónimo de Luis Vigil, el de ND, ni sus interesantes trabajos. ¡Gran documento!

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  2. Poca gente lo conoce ya, Charles, y muchos lo habíamos olvidado. Lástima que su aportación a la historieta fuera tan escasa, porque tengo para mí que de haber encontrado una serie adecuada hubiera podido convertirse en una figura importante del tebeo español.
    Ah, y muchas gracias por sus amables palabras. La intención de este espacio es conectar con quienes, como usted, sepan apreciar y disfrutar lo que merece la pena.

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