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sábado, 9 de febrero de 2019

Batman en la editorial Valenciana

   

De Bob Kane a Neal Adams

  
Batman no tiene superpoderes. Esta obviedad viene a cuento de que estoy revisando mi relación con los superhéroes americanos, y descubro que en realidad, para el lector de tebeos que yo era, superhéroe sólo había uno: Supermán. Existieron algunos otros personajes con poderes extrahumanos: el Capitán Maravilla, Linterna Verde, Aquamán... pero superhombre sólo lo era Clark Kent.
Los otros protagonistas de la invasión americana de Novaro de los años cincuenta sólo eran superhéroes en el sentido de que en su lucha contra el mal empleaban recursos que no suelen estar al alcance de cualquiera, como Flecha Verde o Batman, o que corrían sus aventuras en espacios o tiempos alejados del nuestro: exploradores como Congo Bill, pilotos espaciales como Tomás Mañana, los innumerables pistoleros y jinetes del Oeste (Roy Rogers, Tomajauk, Hopalong Cassidy, Gene Autry, Red Ryder, el Llanero Solitario)...
Batman fue, con Supermán, el más importante de aquellos superhéroes. Sus aventuras, las que descubrimos los lectores de aquella década, se desarrollaban en breves episodios de marcado tono surrealista y maravilloso, con un plantel de extravagantes adversarios extraordinariamente atractivos. Para mí al menos, aquellos tebeos y los "nuestros" no formaban parte del mismo mundo. Las historietas nacionales presentaban héroes cuyas aventuras, en forma de serial o en episodios, parecían integrarse en una trayectoria y un espacio "reales", aun cuando sucedieran en tiempos, espacios o ámbitos alejados de la realidad, mientras los americanos parecían surgir de un mundo fantástico y desarrollarse de un modo "artificial". Sé que hablo sólo de sensaciones propias, que es fácil que nadie comparta y que seguramente ni siquiera consiga explicarlo demasiado bien. El caso es que durante mucho tiempo, las revistas de Novaro, las pocas que iba consiguiendo unir a mi colección de tebeos, siempre fueron un tesoro separado del resto de mis joyas de papel.
Luego llegaron los años sesenta, los tebeos comenzaron su paulatina decadencia y llegó otra invasión de cómic americano, entonces de la mano de Vértice, que nos dio a conocer a Los 4 Fantásticos, Spiderman, Dan Defensor, el Hombre de Hierro, Thor, La Masa y los demás componentes del mundo de Marvel, que me parecieron feos, aburridos y mal dibujados y tardé muchos años en aceptar, quizá porque yo ya había salido de la adolescencia y había descubierto las series de prensa y su dibujo "realista", que me parecía entonces el ideal.
Bueno, todo esto son rememoraciones que quizá a nadie importen, el caso es que he pensado en que era un buen momento para recuperar una publicación de la editorial Valenciana de 1976 que en un cuaderno de gran tamaño recogía cinco historietas de Batman que constituían un interesante recorrido por la epopeya del hombre murciélago.
Las historietas incluidas en aquella revista monográfica fueron las siguientes:

  • "La troupe del Payaso", de Bob Kane.
  • "El odio del verdugo encapuchado", una historia escrita por John Broome y dibujada por Carmine Infantino y Joe Giella.
  • "El caso que Batman no pudo resolver", episodio de Jerry Robinson.
  • "Una noche de calor en Gotham City", con guión de Mike Friedrich y dibujos de Irv Novick y Dick Giordano.
  • "El fantasma de los cielos de muerte", un relato inspirado en el personaje de Joe Kubert y Robert Kanigher Enemy Ace que escribió Denny O'Neil para Neal Adams y Dick Giordano, con edición de Julius Schwartz.

Creo que es una buena forma de asomarse al mundo del héroe de la capa y comprobar su evolución a lo largo de las décadas.
    

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