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miércoles, 9 de septiembre de 2020

El horror en Marvel: La tumba de Dracula

Dos relatos de Roger McKenzie:

Angelica

por Gene Colan

  Juramento de muerte

por John Buscema

   
Es algo que creo que ya he comentado otras veces en el blog: en principio, no suelo conectar con el arte marveliano. No me interesan demasiado los temas y argumentos superheroicos de la casa de Stan Lee, y el dibujo de Jack Kirby y sus seguidores e imitadores me resulta antipático.
Sin embargo, está claro que se trata sólo de mi gusto (¿mal gusto?) personal, y además, no soy completamente insensible a todo lo que se hace en Marvel: en las historias fantásticas sin héroes fijos y las de horror he encontrado más de un relato que me ha parecido aceptable, y algunos francamente meritorios. He disfrutado a veces de episodios realmente buenos de algunas de las series de tipos en pijama, con capa o con el calzoncillo por fuera, incluso de las que me han resultado más difíciles de digerir, como los 4F, Dan Defensor o Spiderman, siempre que no aparezcan mezclados con divinidades más o menos abstrusas, zombies o motoristas incendiados, dioses nórdicos con martillo, malignos seres extraterrestres destructores de mundos o ese misterioso surfista metálico que en lugar de las olas de California surca océanos interestelares.
En fin, dejando a un lado temas que me superan, vuelvo mis ojos a Marvel para rescatar una de las series que siempre me han caído bien. Se trata de The Tomb of Dracula, colección de episodios en los que aparece el conde transilvano, siempre en su papel, que número a número dieron una y otra vez vueltas de tuerca al mismo asunto, como, por otra parte, sucede en mucho del mejor cómic.
He escogido el número 4 (y último) de la colección de 1980 de las que Vértice dedicó a traducir la serie marveliana, una revista de lomo cuadrado de 68 páginas en blanco y negro en la que se incluyen dos historias escritas por Roger McKenzie. La primera de ellas (Angelica, 37 páginas) luce un soberbio dibujo de Gene Colan con tintas de Tom Palmer. El otro relato (Juramento de muerte, 20 páginas) está dibujado por John Buscema con la asistencia en el entintado de Klaus Janson.
Completa la paginación una lámina de título Kafaschai (quizá Kafaschaj), de firma que no soy capaz de identificar y que no me parece que tenga mucho que ver con la historia de Dracula, además de un reportaje sobre el Dracula cinematográfico interpretado por Frank Langella con varias fotos, y las retiraciones de cubierta acogen a Tumbita, el simpático personaje huesudo de Tunet Vila, en cuatro de sus peripecias.
Como me suele suceder, he dudado si respetar tal cual el resultado de los escaneos, con los defectos inevitables de un manoseado ejemplar de más de treinta años, y no he sido capaz de evitar el inmisericorde "lavado y planchado" de las imágenes, pero es que me pareció que el dibujo de Colan especialmente, y lo mismo el de Buscema, merecían el esfuerzo. Seguramente a quienes leyeron este tebeo en su forma original les estremezca comprobar el crimen, aunque he intentado no cargarme las texturas y tramas. Espero haberlo conseguido, aunque me parece escuchar ya el crujir de dientes.
Es, pues, el momento de dejar el discurso y pasar a disfrutar del elegante terror de nuestro conde preferido.
     

































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