La aventura en los tebeos de risa
Autores serios en una revista de humor (II)
Super Mortadelo
Llegan hoy al blog otras cinco historietas de aventuras publicadas en la revista de humor Super Mortadelo a principios de los años setenta.
La primera de ellas, La muerte hace auto-stop, publicada en el número 6 de la colección, es un relato de Montserrat Vives que Antonio Pérez, "Carrillo", ilustra con su inconfundible estilo y recreándose en el voluptuoso retrato de la protagonista femenina. En el número 7 de Super Mortadelo se incluyó otro guión de Montse Vives, Cadáver on the rocks, con dibujo de Juan Escandell, que también dibujó las dos siguientes aventuras: Un viejo coche amarillo, sobre un guión de Andreu Martín, que apareció en el número 8, y Réquiem por un lagarto, con texto de Eugenio Sotillos, publicado en el noveno número de la colección. Por último, el episodio publicado en el número 10, La muerte tiene "bouquet" francés, es otro guión de Montse Vives, esta vez llevado a las viñetas por Adolfo Buylla.
Estas pequeñas piezas cumplían la función para la que fueron creadas: impresas con el inigualable bitono y el inconfundible rotulado mecánico bruguerescos, sin personajes conocidos y en distintos ambientes y diferentes circunstancias, se trata de pequeñas anécdotas que se leen y se olvidan sin apuro, una lectura veraniega y una ocasión para apreciar el trabajo de autores nacionales que quizá hubieran podido dar más de sí de habérselo propuesto un editor menos "industrial".
En resumen, historietas de su momento, con las virtudes y las limitaciones inherentes al tiempo en que nacieron, que en mi opinión, merecen esta revisión.
La primera de ellas, La muerte hace auto-stop, publicada en el número 6 de la colección, es un relato de Montserrat Vives que Antonio Pérez, "Carrillo", ilustra con su inconfundible estilo y recreándose en el voluptuoso retrato de la protagonista femenina. En el número 7 de Super Mortadelo se incluyó otro guión de Montse Vives, Cadáver on the rocks, con dibujo de Juan Escandell, que también dibujó las dos siguientes aventuras: Un viejo coche amarillo, sobre un guión de Andreu Martín, que apareció en el número 8, y Réquiem por un lagarto, con texto de Eugenio Sotillos, publicado en el noveno número de la colección. Por último, el episodio publicado en el número 10, La muerte tiene "bouquet" francés, es otro guión de Montse Vives, esta vez llevado a las viñetas por Adolfo Buylla.
Estas pequeñas piezas cumplían la función para la que fueron creadas: impresas con el inigualable bitono y el inconfundible rotulado mecánico bruguerescos, sin personajes conocidos y en distintos ambientes y diferentes circunstancias, se trata de pequeñas anécdotas que se leen y se olvidan sin apuro, una lectura veraniega y una ocasión para apreciar el trabajo de autores nacionales que quizá hubieran podido dar más de sí de habérselo propuesto un editor menos "industrial".
En resumen, historietas de su momento, con las virtudes y las limitaciones inherentes al tiempo en que nacieron, que en mi opinión, merecen esta revisión.
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