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martes, 18 de agosto de 2020

Jaime Forns: dibujando la aventura

   

Fulgor

12. "Misterio en Batignols"
   
Fin del primer episodio y comienzo del segundo,
 en la página siguiente.
La edición de esta serie en la colección de Toray no fue lo cuidadosa que merecía el trabajo de Martín Salvador y Jaime Forns: sólo dos aventuras se inician abriendo un cuaderno, la primera historia (el nacimiento del personaje enmascarado y su lucha contra el conde Souplex), que se extendió durante sesenta páginas desde el número 1 al 8), y la última, que comenzará en el número 17 y se extenderá hasta el final de la colección.
El primer episodio concluyó en el interior del cuaderno número 8, sin que se informe de ello de forma alguna, pasando a iniciarse el segundo en la página siguiente, sin título ni encabezado de ningún tipo, sólo con un cartucho informativo en la primera viñeta, que ocupaba toda la tira.
Final del episodio segundo y comienzo del tercero.
Este segundo episodio, en el que nuestro héroe impedirá el robo de las joyas de la reina, ocupa las veinte páginas que van de la sexta del número 8 a la tercera del 11, continuando inmediatamente una especie de coda que se puede considerar una continuación de la historia, ya que se mantiene el escenario y el tiempo de la aventura anterior. En este breve episodio aparece un nuevo enemigo, el capitán Rollin, que a Fulgor apenas le durará diez páginas y al que dejará a buen recaudo en la segunda página de la entrega de hoy.
Fin del tercer episodio y, en la misma página,
 comienzo del cuarto.
Y aquí empieza de nuevo otra aventura sin solución de continuidad, sin título, en la segunda viñeta de una página... de forma bastante chapucera. En esta nueva historia nos enfrentaremos a otro malvado, un bandolero enmascarado de nombre El Halcón, que aparece inesperadamente y que causará bastantes dolores de cabeza a Fulgor hasta el cuaderno número 16, en el que nuestro héroe conseguirá poner fin a la aventura, que, esta vez sí, deja el comienzo del nuevo episodio (último publicado en la colección) para el número siguiente.
Esta desordenada edición hace pensar que la serie nació en una agencia (¿Selecciones Ilustradas?) sin estar destinada a esta cabecera, por lo que la división en episodios no se adaptó a la paginación de que se disponía. No es el único caso de chapucillas de este tipo en el tebeo de aquellos tiempos.
Desde este número, la impresión se realizó ya en blanco y negro, abandonando el bitono.
Explicado esto, sigamos leyendo...
    







2 comentarios:

  1. El trazo de Jaime Forns me parece menos suelto del de Martín Salvador y por cierto no ayuda la edición chapucera... Es como si los episodios eran al principio de 12 páginas y Toray había cortado cada vez la primera página, resumiendo ésta como pudiera en un cartucho. Lástima, porque la serie era bastante buena de otro modo.

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  2. Toray debería haber mostrado más respeto con series como "Fulgor", sí. Lamentablemente, era corriente en aquellos años esta forma de estropear series que, dentro de su modesto nivel, hubieran podido quedar mucho mejor.

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