La demencia conquista la historieta (y III)
Los egregios locos de Editorial Valenciana
De Liceras a Sifré
Último repaso a esta chiflada cabecera de Valenciana. Hoy otro buen ramillete de autores de campanillas.
Empezando por José Soriano Izquierdo, que aparece de nuevo, ahora firmando con sus dos apellidos otras dos portadas más de la colección de almanaques, la entrega de hoy incluye a figuras del calibre de Liceras, autor de muchas felices páginas de Jaimito o de Pumby; Nadal, de quien sólo he encontrado una tira vertical; Nin, con una única página; Palop, con una buena serie de historietas; Sanchis, también limitado a una única aparición; Serafín, que dejó en esta colección algunas muestras más de su talante atrabiliario y satíricamente aristocrático-castizo, con su desfile habitual de damas de alto copete con su inconfundible lenguaje y su descarado humor; Serna Ramos y Sifré, que cierran la entrada con su bienhumorada demencia.
Espero que haber empezado el año con esta falta de cordura no suponga un demérito para una bitácora que sólo pretende repasar recuerdos agradables almacenados en una trayectoria vital que abarca gran parte de una era social y humana en la que el ocio y el disfrute dependían de unas tecnologías que están ya periclitando con el avance del mundo digital, que todo lo transforma y convierte en algo diferente (toma ya frase elegante).
Empezando por José Soriano Izquierdo, que aparece de nuevo, ahora firmando con sus dos apellidos otras dos portadas más de la colección de almanaques, la entrega de hoy incluye a figuras del calibre de Liceras, autor de muchas felices páginas de Jaimito o de Pumby; Nadal, de quien sólo he encontrado una tira vertical; Nin, con una única página; Palop, con una buena serie de historietas; Sanchis, también limitado a una única aparición; Serafín, que dejó en esta colección algunas muestras más de su talante atrabiliario y satíricamente aristocrático-castizo, con su desfile habitual de damas de alto copete con su inconfundible lenguaje y su descarado humor; Serna Ramos y Sifré, que cierran la entrada con su bienhumorada demencia.
Espero que haber empezado el año con esta falta de cordura no suponga un demérito para una bitácora que sólo pretende repasar recuerdos agradables almacenados en una trayectoria vital que abarca gran parte de una era social y humana en la que el ocio y el disfrute dependían de unas tecnologías que están ya periclitando con el avance del mundo digital, que todo lo transforma y convierte en algo diferente (toma ya frase elegante).
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