Historia del Oeste #1
Primeras colonizaciones
La ruta Lewis-Clark
Primera parte
Llega hoy al blog el primer número de una hermosa colección publicada por la editorial Euredit cuando los años sesenta daban sus últimos suspiros. Aquellos libros acercaron al lector español una serie italiana escrita por Gino d'Antonio, que dibujó también alguno de los episodios, siendo los otros dibujantes Renzo Calegari, C. Bonnilauri, Sergio Tarquino, Renato Polese y otros, aunque en la edición española sólo se acreditaba como dibujante a Bonnilauri.
La serie, un apasionante recorrido por los días de la conquista del lejano Oeste, se articulaba como una saga familiar, ya que el protagonismo de los episodios lo tomaban los sucesivos descendientes del escocés Brett Mac Donald, que al comienzo de la aventura es un joven dibujante llegado al Nuevo Mundo que por diversos azares se encuentra enrolado en la misión de exploración del capitán Meriwether Lewis y el subteniente William Clark, encargado el muchacho de levantar los mapas de los territorios que la expedición va recorriendo. A lo largo de los diferentes episodios, las aventuras de los Mac Donald les llevan a ser testigos y a veces protagonistas de hechos históricos y a relacionarse con figuras que tuvieron existencia real.
La colección española, lamentablemente, sólo tradujo los diecisiete primeros números de los más de setenta con que contó la edición original italiana. Se trataba de libros con lomo cuadrado, 96 páginas interiores en blanco y negro más cubierta de cartulina con portada y contraportada en color, el formato que entonces se llamó novela gráfica, etiqueta empleada ya en aquellos tiempos en busca de dar empaque y seriedad al medio. En mi opinión, con ello sólo demostraban quienes lo hacían que eran ellos quienes no veían en el tebeo otra cosa que un entretenimiento para niños, subliteratura que necesitaba de un mecanismo ajeno a su esencia para pasar a convertirse en un arte adulto. Me temo que medio siglo después aún hay muchos que no han conseguido superar esa desconfianza en el valor de la historieta por sí misma.
Dada la gran extensión de estos libros, me veo obligado a dividir cada uno al menos en dos entregas. El primer libro comienza aquí. Mañana llegará la conclusión, para no hacer esperar más.
El dibujo de este primer episodio es de Renzo Calegari, que ilustra de forma insuperable el texto de D'Antonio.
La colección española, lamentablemente, sólo tradujo los diecisiete primeros números de los más de setenta con que contó la edición original italiana. Se trataba de libros con lomo cuadrado, 96 páginas interiores en blanco y negro más cubierta de cartulina con portada y contraportada en color, el formato que entonces se llamó novela gráfica, etiqueta empleada ya en aquellos tiempos en busca de dar empaque y seriedad al medio. En mi opinión, con ello sólo demostraban quienes lo hacían que eran ellos quienes no veían en el tebeo otra cosa que un entretenimiento para niños, subliteratura que necesitaba de un mecanismo ajeno a su esencia para pasar a convertirse en un arte adulto. Me temo que medio siglo después aún hay muchos que no han conseguido superar esa desconfianza en el valor de la historieta por sí misma.
Dada la gran extensión de estos libros, me veo obligado a dividir cada uno al menos en dos entregas. El primer libro comienza aquí. Mañana llegará la conclusión, para no hacer esperar más.
El dibujo de este primer episodio es de Renzo Calegari, que ilustra de forma insuperable el texto de D'Antonio.
Continuará...
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