Buscar en este blog

lunes, 25 de diciembre de 2017

Cromos sin álbum 4

La obra cumbre de la literatura universal,
iluminada por un artista luminoso

      
El Quijote de Segrelles (III)
  
Volviendo al tema que ocupa estos días el blog, llegamos a la tercera entrada de este recorrido por los cromos del Quijote de Segrelles que obsequiaron los Chocolates Amatller en la década de los años treinta del siglo pasado. De nuevo, tras las imágenes, reproduzco los comentarios que las acompañaban en la entrada publicada en el blog de la Burbuja.

 


 

 
 

 
 
 

 

 
 
 


El recuerdo de mis primeras lecturas siempre estará unido a los dibujos del Quijote de Daniel Urrabieta Vierge. Tenía yo poco más de seis años cuando leí por primera vez esta novela inmortal, y podéis creerme o no, pero al igual que he seguido haciendo desde entonces, fui incapaz de saltarme un párrafo, aunque no entendiera ni palabra. Con la ayuda de una prima con la que vivía, una jovencita entonces de unos quince años, y de su padre, mi padrino, conseguí llegar al final de la lectura, que desde entonces ha quedado en mi memoria como el summum del placer. No he renunciado a conseguir encontrar de nuevo algún día aquellos dos maravillosos tomos. Mientras tanto, me he hecho con algunas ediciones, ninguna de excesivo valor bibliográfico ni pecuniario, pero todas muy queridas para mí. He vuelto a leer el libro vez tras vez, ninguna otra obra literaria la he disfrutado tantas veces, aunque siempre me ha gustado tanto la relectura como el primer encuentro con un buen libro (y a veces aún más).
Entre las ediciones de la obra de Cervantes que poseo se encuentra una muy interesante de Aguilar con una selección de ilustraciones de infinidad de autores de todos los países. Durero, Daumier, Vierge, Dalí… Son muchos y muy grandes los artistas que han ayudado a conformar la imagen del héroe cervantino que ha llegado hasta nosotros, y pienso que los cromos de Segrelles han ayudado, desde su aparente humildad, a llevar a la mente de los adolescentes de principios del siglo XX el atractivo y la fuerza de las páginas del más grande de los libros de nuestra lengua.
Disfrutemos también nosotros con otra ración de aquellas estampas. Aquí llega el fin de la primera parte y el comienzo de la segunda, con la partida de Don Quijote y Sancho de su pueblo en busca de nuevas hazañas y desafíos.
[Publicado originalmente el 25 de septiembre de 2009 en La Burbuja de Alejandro]

No hay comentarios:

Publicar un comentario