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lunes, 10 de junio de 2019

Álbumes de cromos 27

Héroes y superhéroes: el murciélago en cromos

   

Batman y Robin

Álbum publicado por El Independiente
   
Si la religión fue la  respuesta que la humanidad, en su infancia medrosa e ignorante, encontró para los misterios y amenazas a los que se enfrentaba, el héroe constituyó quizá la primera arma de la que se dotó para defenderse de tales asechanzas. Así fueron naciendo Sansón, Hércules, Gilgamesh, Aquiles, Ulises, Eneas, El Cid... Dick Turpin, Sherlock Holmes, El Zorro... figuras en las que el hombre aspiraba a encontrar la defensa contra cualquier amenaza. Desde los primeros relatos aparece el héroe, respondiendo en cada momento a los temores específicos de la humanidad.
Protegidos por los dioses, o semidioses ellos mismos, los primeros héroes eran seres especiales, por encima del hombre común. El avance del razonamiento humano fue dando lugar a héroes más "domésticos", cuya heroicidad no nacía de su esencia superior, sino de su inteligencia, su fuerza, su voluntad o su esfuerzo.
La era industrial trajo adelantos técnicos y científicos que cambiaron la forma de contar, pero las historias contadas siguieron refiriéndose a los mismos miedos, misterios y amenazas; la lucha del bien contra el mal siguió estando en primer plano, y el héroe presentándose en el momento oportuno. La novela, el cine, la historieta, la televisión, los videojuegos, cualquier medio empleado para narrar historias contará, como elemento ineludible, con el héroe.
El cómic, por tanto, tampoco podía ser ajeno a la existencia del héroe, y pronto las historietas se fueron llenando de luchadores contra el mal que, al tratarse de un medio visual, no tardaron en empezar a disfrazarse con circenses e improbables atavíos que adornaban las viñetas mientras alejaban la ficción cada vez más del mundo real. Los primeros héroes disfrazados limitaban sus poderes a los humanamente alcanzables con la voluntad, el ejercicio o la inteligencia. Luego Supermán llegó a los Estados Unidos desde el espacio, y a la fuerza y la velocidad que su origen extraterrestre le concedía se añadieron sucesivamente maravillosas facultades cada vez menos justificadas que fueron creciendo de manera imparable hasta convertirle en el superhombre absoluto. Tras él, una pléyade de disfrazados personajes capaces de las hazañas más diversas (algunas, de lo más ridículas) poblaron el cómic estadounidense, y luego se expandieron por otros países, formando un abigarrado olimpo heroico que, a día de hoy, para mí es inabarcable, poco comprensible y en no pocos casos nada atractivo.
Otros héroes, en cambio, mantuvieron con la realidad una relación más próxima que los superhéroes empijamados: en primer lugar, y destacadamente, un personaje que comparte con los superhéroes algunas características (empezando por el disfraz, que fue uno de los primeros en emplear), pero que en principio era un ser humano normal y corriente... en una situación muy poco normal y corriente: el Hombre Enmascarado. Hay algún otro superhéroe "normal" (Flecha Verde, el Castigador...), pero actualmente los guionistas parecen empeñados en llevar las ficciones al mundo de lo imposible, y así, incluso The Phantom se ha convertido en un ser rodeado de elementos paranormales (que yo, humildemente, hubiera preferido inexistentes). Y por fin llegamos al motivo de este prolongado y aburrido chachareo, la existencia de un superhéroe disfrazado con el habitual vestuario (no uniforme, sino precisamente todo lo contrario) cuyos poderes no nacen de mutaciones, dones celestes, picaduras de insectos ni otras tramas fantásticas, sino de la voluntad de luchar contra los malhechores tras la tragedia de su infancia: Batman. El murciélago de Gotham nació, como The Phantom, en un mundo "real" en el que el bien y el mal luchaban sin hacer uso de otros elementos que los naturales, sin superpoderes, magia ni gracias divinas. No hace falta decir que es uno de los superhéroes que he soportado mejor.
La carrera de Batman en España comenzó de un modo extraño, en una colección en la que su nombre no figuraba, tomando el protagonismo su joven compañero: Robín y el Murciélago. Después, como ocurrió con Supermán, lo bebimos a grandes dosis de la mano de Novaro y sus otros sellos, en su propia colección y en la que compartía con Supermán. Con aquellas revistas, con su para mí exótico lenguaje mexicano, nos aficionamos a un tipo de superhéroe pasado por el Comic Code Authority, en surrealistas y muy divertidas historias que ahora echo de menos cuando me acerco a la encarnación actual de aquellos superhéroes.
Traigo a esta entrada varias de las primeras aventuras del murciélago de Gotham City en la prensa americana, que un periódico madrileño reunió, convertidas en cromos, y regaló durante un año (del 17 de diciembre de 1989 al 9 de diciembre de 1990) a sus lectores, que los coleccionamos para completar el curioso álbum que se reproduce a continuación. El Independiente, el rotativo del que hablo, nació como semanario, pasó a diario al poco tiempo y desapareció luego, lamentablemente, dejando poco recuerdo. Agradezcámosle al menos la ocasión de revisar estas páginas de Batman en el bizarro álbum.

   


































1 comentario:

  1. Este es el que me gusta. Al "orejudo malo" en que lo transformaron década después... no lo puedo ver, lo lamento.

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