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sábado, 29 de junio de 2019

El Popeye de Bud Sagendorf

   

Un episodio ecológico

    
La editorial madrileña Maisal publicó durante los años setenta algunas revistas de humor de procedencia nacional, varias traducciones de series de prensa americanas e historietas francesas, que reunió en diversas colecciones. Así, puso en el quiosco tiras de Buz Sawyer, Johnny Hazard, Brick Bradford, Ben Bolt y Juliet Jones. Se trataba de material (entonces) actual, no publicado antes en España, ya que aquellas series habían desaparecido de nuestros quioscos hacía tiempo. Por desgracia, la edición careció de un criterio razonado, y las colecciones se esfumaron tras los intentos de recolocar los sobrantes y las devoluciones mediante anárquicos retapados.
Entre los personajes que Maisal publicó se encontraba Popeye, el marinero tuerto que Elzie Crisler Segar presentó en su teatro del dedal. Popeye no tardó en convertirse en la figura central de la serie (que acabó tomando su nombre como nuevo título), y pronto dio el salto al celuloide y otros medios. Después de la muerte de Segar, la serie pasó por las manos de varios dibujantes a lo largo de su prolongada vida, que todavía se mantiene activa en las páginas dominicales de Hy Eisman, mientras las tiras diarias repiten antiguos episodios de Bud Sagendorf.
En España habíamos visto a Popeye en múltipes ocasiones. Revistas como Yumbo, Jaimito o Pumby le incluyeron en sus páginas, y allí nos acostumbramos a la firma de Sagendorf, por lo que muchos pensamos que él era el creador del personaje.
Bud Sagendorf había sido asistente de Segar, y desde finales de los años cuarenta hasta 1986 se hizo cargo de la serie, siendo autor de una gran cantidad de divertidos y surrealistas episodios.
Maisal publicó varias docenas de aquellos episodios de Sagendorf, en versión coloreada, ya que en origen las tiras diarias se publicaban en blanco y negro. La primera historia publicada en su colección Popeye viene hoy al blog para traernos una sonrisa envuelta en una subrepticia denuncia de la corrupción ambiental. Bueno, probablemente la intención de Sagendorf no era la denuncia, sino tan sólo el humor, pero con la experiencia que tenemos ahora esta historieta no deja de ser un mensaje adecuado.
   








3 comentarios:

  1. ¡Uno de los mejores (y por desgracia hoy día casi olvidado, al menos en nuestra tierra) personajes de la historieta! Tuvo el privilegio de eludir la decadencia de otraS tiras similares, porque afortunadamente siempre la dibujaron, y argumentaron, verdaderos genios. Su humor, exento de chabacanería y mal gusto, debería ser una lección para los historietistas, supuestamente "cómicos" de hoy. ¡Uno de mis favoritos de siempre!

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  2. Absolutamente de acuerdo. Tengo la intención de seguir poniendo algunos episodios más en el blog.

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  3. ¡Serán muy bienvenidos! (Y, port cierto, guardados y convertidos a "GonVisor") ¡Muchas gracias desde ya, amigo Alejandro! ¡Un abrazo!
    C. M. F.

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