Cartografía de la capital de España
Una mirada retrospectiva al crecimiento de Madrid
La vida es esencialmente transformación, cambio, equilibrio. Nada permanece igual, aunque pueda parecer lo contrario. Nuestras generaciones están viviendo estos cambios a una velocidad desconocida para nuestros antepasados. La vida ha cambiado más en los últimos cien o ciento cincuenta años que en todo el resto de la historia, y cada vez la velocidad de la transformación es más acelerada.
Las ciudades participan de esta desmesura transformadora. Las grandes megalópolis cambian día a día, y en muchos casos pierden muchas de sus señas de identidad a medida que van modernizando sus elementos. La capital de España es un ejemplo muy evidente de todo esto. El pequeño poblachón manchego de hace doscientos años ya no es un poblachón, e incluso ha dejado de ser manchego, por obra y gracia de decisiones políticas y administrativas seguramente llenas de motivos razonables pero que a mí, y creo que no soy el único, me parecen muy lamentables.
La entrada de hoy recoge los cinco primeros mapas de la capital publicados por el Instituto Geográfico y Catastral, con fechas de 1875, 1916, 1932, 1944 y, por último, 1962, que visto desde hoy parece prehistórico. No hace falta avanzar hasta el elefantiásico Madrid del siglo XXI para observar la enormidad de los cambios que la vida ha producido en la Villa y Corte. Lamento no poder reproducir estas cartas en la escala original del cartel que el Instituto publicó en 1977 (1:100.000), lo que dificulta la lectura de los topónimos más pequeños.
La foto de la cabecera fue la primera de una serie de láminas con vistas aéreas madrileñas ofrecida por La Información de Madrid y la compañía Iberia a fines del siglo pasado (no me consta la fecha).
Sumerjámonos pues en el pretérito, en este viaje en el que la memoria es algo menos frívola que de costumbre.
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