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domingo, 27 de mayo de 2018

Todo le que usted siempre quizo saber...

    

La alta fidelidad en 1980

La tecnología electrónica y digital ha arrumbado en muy pocos años con instrumentos de sonido y visión que habían alcanzado un gran nivel de calidad y parecían encaminados a no desaparecer nunca. El nacimiento de disco compacto fue el primer aldabonazo, el empleo del láser, la digitalización de los contenidos, la reducción de los componentes y otros avances han traído aparatos con capacidades insospechadas y casi enviado al cuarto de los trastos los modelos que en los años setenta parecían el colmo de la ingeniería... y en realidad lo eran.
Cada avance encuentra siempre detractores que opinan que lo que se gana en un terreno se pierde en otro. En el caso de la industria musical, la llegada del CD fue saludada por muchos como el no va más musical, pero no tardaron en aparecer quienes opinaban que como el vinilo ni hablar, y de hecho, ha vuelto a resucitar el disco analógico cuando el compacto está ya en camino de desaparición.
Este proemio viene a cuento de que la entrada de hoy, poco habitual entre los temas que suelen ocuparnos, se dedica a un folleto promocional de la casa Sony publicado en 1980 que explicaba las características y componentes de una cadena musical de alta fidelidad. Se trata de un manual de menos de cuarenta páginas, un cuaderno grapado con tapas de cartulina plastificada escrito e ilustrado por un tal David Lovattsmith, autor que no consigo localizar (existe un escritor británico especializado en textos sobre el continente africano de nombre David Lovatt Smith, pero no puedo confirmar si hay alguna relación con nuestro hombre). Es curioso observar que la primera línea del libro, el antetítulo de la portada, arrastra dos erratas imperdonables.
Es un viaje al remoto pasado (¡acabo de darme cuenta de que el folleto llevaba perdido entre mis papeles casi cuarenta años!), ya que en el mundo de la tecnología el tiempo vuela. Lo reproduzco con la seguridad de que a alguien puede interesarle esta divulgación para el profano de un material que entonces era el último grito. 
Aparte, los dibujos, del propio autor, son simpáticos.
    




















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