Un veterano dibujante para un tema clásico
Longarón y la historia del Oeste
Continuando con la recuperación de entradas de mi antiguo y ya cancelado blog, La Burbuja de Alejandro, dedico hoy la memoria frívola a uno de los más grandes ilustradores y dibujantes de la historieta española: Jordi Longarón.
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España es un país de grandes dibujantes e ilustradores. Entre la poblada nómina de artistas del pincel, la figura de Jordi Longarón ocupa un destacado lugar por la calidad y la variedad de su obra.
Artista dotado de gran capacidad de producción y de variados registros, poseedor de un sobrio y elegante estilo, marcó su impronta para muchas generaciones de lectores con la figura militar que aparece como mascarón de proa de las portadas de las Hazañas Bélicas de Toray, editorial en la que ocupó el puesto de director artístico.
Como dibujante de historietas su trabajo más reconocido lo realizó para el mercado extranjero, donde obtuvo un merecido éxito su personaje Friday Foster, una heroína de raza negra que apareció en el Chicago Tribune y otros diarios desde 1969 hasta mediados de los setenta y que, salvo error por mi parte, nunca se publicó en España (la política editorial del tebeo español siempre ha sido bastante ingrata con los creadores de aquí).
Es quizá el western uno de los terrenos donde Jordi Longarón se siente más a gusto. Cuando la editorial Riego decide publicar una revista dedicada al Oeste, Hunter, uno de sus platos fuertes será una historia del Oeste a todo color de la que se encargará Longarón. Se trata de textos monográficos que irán explicando la conquista del territorio salvaje de Norteamérica por los colonos blancos, la lucha con los nativos indios y la adaptación al nuevo mundo mediante láminas temáticas centradas en diferentes aspectos: los primeros exploradores, la creación del Estado de Tejas, las caravanas de colonos, la ruta de California, la fiebre del oro, los correos del Pony Express, las diligencias, el telégrafo y el ferrocarril. Las primeras entregas ocupan las dos páginas interiores de la cubierta, reduciéndose al final la extensión a la página final y desapareciendo la serie antes de la conversión de la colección en un nuevo título, Sargento Kirk, después simplemente Kirk, y abandonando su dedicación exclusiva al Oeste, con historietas de temas diversos.
La historia del Oeste de Longarón queda como atractivo trabajo que une su calidad artística a su función divulgativa.
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