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jueves, 2 de marzo de 2017


El humor en los últimos días del régimen

La dictadura franquista dio lugar a la eclosión de un gran número de humoristas de diferente estilo y técnica. Pasada la furia bélica y el sarampión político, floreció un humor blanco y amable, o el de tono surrealista. Pronto empezaron a aparecer, al principio muy tímidamente, autores que, dentro de lo posible, intentaron hacer uso de su humor como arma contra la imposición ideológica y social de un régimen autoritario y rígido política, social, económica y moralmente.


Con el paso del tiempo y la evolución de la sociedad española fueron surgiendo humoristas más y más osados que se atrevieron a hacer de su humor un elemento crítico de la realidad, llegando en algún caso al límite y sufriendo muchas veces la censura y el acoso, en forma de prohibiciones, multas e incluso penas de prisión.
Los últimos años del franquismo fueron tierra abonada para estos humoristas valientes que ofrecieron a la sociedad su mirada inteligente para ayudar a entender la imposición totalitaria y a descubrir que no era algo inevitable e invencible.
Entre estos autores se encontraba el protagonista de esta entrega, don José María González Castrillo, que dejó para el recuerdo su firma de guerra, CHUMY CHUMEZ. Aquí dejamos un puñado de chispas de su ingenio, bregado durante décadas en publicaciones tan señeras como La Codorniz, diarios como Madrid o revistas como Triunfo o Hermano Lobo. Este material procede del libro de Edicions 62 Cinco humoristas de hoy, en una edición especial distribuida por la Caja de Ahorros Municipal de Vigo en 1974, y es una clara muestra del humor que flotaba en el aire cuando la dictadura daba sus últimos estertores. (Más información sobre Chumy Chumez en el Gran Catálogo de Tebeosfera).
























 



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