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martes, 11 de abril de 2017

Galería de grandes historietistas españoles


Zata

Capitán Martin, de la Patrulla de Diamantes

A finales de los años setenta pocos aficionados recordaban a Zata (Manuel Zatarain Adulce), dibujante que comenzó su labor a mediados de los cuarenta en Maravillas y Chicos. Uno de esos pocos era Máximo Gutiérrez
Máximo contagió su admiración por Zata a muchos de sus amigos mostrándonos los ejemplares de las viejas revistas en las que aparecían trabajos de Zata: Chicos, Maravillas, Boy, y suplementos como El Cuco o Amuca y boletines como Duwarín... 
De los trabajos del autor, Máximo destacaba siempre una tira de prensa de la agencia Ibergraf, Capitán Martin, de la Patrulla de Diamantes. Se trata de una serie policiaca alejada de los espacios más comunes del género. El protagonista es un agente de un grupo policiaco surafricano encargado de los delitos relacionados con el mundo de los diamantes. El primer episodio transcurre en Angola, entonces colonia portuguesa, adonde se desplaza el protagonista... Bueno, no es preciso que siga explicando el argumento. Más abajo puede leerse ese primer episodio, que reproduzco del fanzine Komix, donde lo publicó Moncho Cordero con el material recopilado por Máximo en su incansable búsqueda por el Rastro y otros mercadillos y librerías de viejo.
La censura eliminó un par de tiras en las que uno de los personajes es "eliminado" arrojándolo al mar en un bloque de cemento, pero en una de las publicaciones donde apareció la serie nadie advirtió que no se habían eliminado, y Max dio con el número en el que figuraban. Curiosamente, la revista donde sí se vieron esas tiras tan poco adecuadas era un suplemento infantil, Amuca, entregado con la revista femenina Ama.
Aquí está pues el primer episodio, tal como se publicó en Komix. Se incluyen las páginas de presentación en las que Moncho Cordero cuenta cómo Máximo le dio a conocer al autor. La reproducción no es todo lo buena que la serie merece, he limpiado al máximo las páginas, aunque muchos preferimos "sentir" el tacto del viejo papel, pero están tan amarillentas que de no hacerlo así se hacía difícil apreciar el trazo del dibujo.



















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