Colecciones Culturales Fher
Historia del mundo
(Séptima parte, final)
Llegamos al final de
este recorrido por la historia de la humanidad que hemos visitado
durante varias semanas. Asistiremos en estas últimas páginas a los
acontecimientos más recientes, a la terrible Segunda Guerra Mundial y a
las no menos horribles confrontaciones que no han cesado a pesar del
avance de la civilización y el progreso, que durante mucho tiempo
parecía un proceso imparable e ineludible.
Los
avatares económicos y políticos a los que se dio el título de crisis
nos han demostrado que nada es seguro en el camino de la paz y la
felicidad humana, que quienes tienen la capacidad y el poder de tomar
las decisiones que conformarán nuestro futuro no están dispuestos a
consentir que la democracia, de la que tanto alardean, les arrebate ni
un adarme de su fuerza. Como resultado de ello, los habitantes de lo que
se llamó el mundo libre, los ciudadanos de los denominados países
desarrollados, hemos visto cómo los derechos que costó siglos de lucha y
sacrificio conseguir van desapareciendo convirtiendo el Estado del
bienestar en poco menos que una caricatura.
Estamos
saliendo de esa crisis, nos dicen, pero no nos engañemos, que nadie
sueñe con volver a recuperar la situación anterior, mientras las
minorías privilegiadas son cada vez más poderosas y la brecha entre
ricos y pobres se hace cada vez mayor.
Y
mientras tanto, la degradación del medio ambiente causada por la
ambición y la codicia de esa miserable parte poderosa de la humanidad
nos condena a un cataclismo que cada vez parece más difícil evitar, y el fanatismo y la superstición se alían con el interés de oscuras potencias para hacer cada vez más difícil la convivencia humana.
La optimista visión de la sociedad y el mundo que muestra el final del álbum de Fher no parece que tenga su reflejo en el siglo XXI. Las generaciones que nos siguen están obligadas a hacer frente a problemas que la nuestra no ha sabido o podido solucionar. Esperemos que ellos sean más fuertes y más inteligentes de lo que lo fuimos nosotros. Pero deben tener claro que en esta vida nada se da gratis, que cada derecho hay que ganarlo a pulso y conservarlo día a día, y una vez alcanzado, no olvidar que la contrapartida de un derecho es siempre un deber, una obligación.
Me ha sido imposible cumplir con la determinación que campea en el título de este blog y dedicarme sólo a lo amable y divertido. Hago el firme propósito de que esta sea la última vez.
Me ha sido imposible cumplir con la determinación que campea en el título de este blog y dedicarme sólo a lo amable y divertido. Hago el firme propósito de que esta sea la última vez.
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