Mis dibujantes favoritos
Santiago Martín Salvador
Terroríficas narraciones dibujadas por el creador de Mendoza Colt
Martín Salvador no era un dibujante especialmente valorado por los chavales en mi infancia, aunque Mendoza Colt sí fue un personaje que se codeaba con los más importantes. Gago, Ambrós, Iranzo, incluso Buylla y Bayo, nos sonaban más, vete tú a saber por qué. Y sin embargo, su dibujo era tan potente y atractivo como el de los mejores, y su trayectoria antes de abandonar la historieta cubrió un amplio campo, que llegó desde el Oeste americano a las historietas terroríficas de Warren, un racimo de las cuales componen esta entrada del blog. Visto con perspectiva, el dibujo de Martín Salvador me gusta cada vez más. Su ficha en el Gran Catálogo de la Historieta puede consultarse aquí. Es interesante también la entrevista de Javier Alcázar al autor publicada en el número 10 de la segunda época de la revista digital Tebeosfera, accesible desde este enlace. Esta entrevista, por cierto, me ha obligado a cambiar el título que había puesto en estas notas, De Mendoza Colt a las historietas de horror, casi idéntico al del texto de Alcázar.
La primera historia, "Perdonad ese árbol", con guión de Jack Wutterworth, ocupa siete páginas del número 16 de la revista Delta cargadas de abigarrados textos, como suele suceder con este tipo de relatos gráficos de horror. Martín Salvador hace lo que puede para que sus dibujos no queden excesivamente ahogados, y el resultado se limita a ser legible gracias a la labor del dibujante.
El siguiente relato, de diez páginas, lleva por título "La emoción de la caza" y se publicó en el extra de invierno de 1973 de Dossier Negro. El guión es de Douglas Moench. La abundancia de textos parece inevitable, pero al tratarse de un argumento centrado en la persecución de una presa humana en un espacio agreste permite a Martín Salvador aligerar algo las páginas, sin dejar por eso de ser opresivas, como exige el tema.
El tercer relato, de ocho páginas, con guión de Nicola Cuti y titulado "El dios caracol", se publicó en el número 116 de Dossier Negro. Se trata de una historia poco verosímil sobre un monstruo marino y rematada de forma chapucera, pero al menos el texto es discreto y el dibujo de Martín Salvador cumple con eficacia. Curiosamente, los protagonistas son todos nipones, cuando la fiebre del manga aún no había alcanzado nuestros quioscos.
Y para terminar, un relato escrito por Greg Potter con el título "Hombre serpiente", publicado en el séptimo número de Delta. Son once páginas, y la acción transcurre en el desierto, dando a Martín Salvador la oportunidad de realizar un montaje más dinámico y elegante, y, al igual que el anterior, menos agobiado por el texto, aunque no faltan bocadillos elefantiásicos. Es mi preferida de estas cuatro historietas, y es un buen broche para esta entrada.
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