Tiras de prensa en la España de Adolfo Suárez
Cero Pérez y familia
Blankito en El País
Luis Blanco Álvarez (Blankito) fue un humorista uruguayo obligado a emigrar a Europa por la caída de la democracia en su país en la malhadada década en la que el profesor Kissinger encabezó la desinteresada lucha de la patria de la libertad por liberar a los pueblos del Tercer Mundo, y especialmente a los de la América Latina, de la tentación marxista, que pretendía llevarlos al caos y la ruina... Instalado en España, Blankito aportó su suave humor, su ingenioso uso de los juegos de palabras y su leve trazo a varios diarios y revistas. Quiero destacar aquí su paso por El País, rotativo para el que creó la serie que hoy nos ocupa.
La tira de Blanquito muestra con crudeza la cruel velocidad con la que el tiempo relega al olvido todo lo que nos parece importante mientras sucede. La mayoría de las tiras de la serie basan su humor en temas que a quienes no vivieron aquellos momentos no les dirán nada, y a muchos de quienes los vivieron es posible que se les hayan ido de la memoria. Es la pena que tiene que pagar el humorista que afila su lápiz para retratar la inmediatez, a diferencia de aquellos que buscan su inspiración en el fundamento profundo de la realidad.
En el a modo de prólogo que abre la recopilación de tiras de la serie publicada por la Editorial Palma, Blankito se chancea de los "prologuistas habituales" de la época personalizándolos en el Nobel Cela, entonces de apasionante actualidad (tanto el tema como el escritor gallego), actualidad que se ha perdido absolutamente, lo mismo que las alusiones al entonces ministro de la policía Martín Villa o las múltiples referencias a la en aquellos días única televisión de España, de la que destacaba el protagonismo de la presentadora de los telediarios Rosa María Mateos, hacia la que Blankito muestra su admiración... vicariamente por medio de Draculita, el sobrino de Don Cero Pérez. No creo que muchos recuerden títulos de aquella televisión pretérita como 625 líneas, Los Botejara o 300 millones, que se mencionan en varias de las tiras.
Pese a ello, o quizá precisamente por ello, la lectura (sobre todo la relectura para quienes ya las conocieran) de estas tiras que se publicaron en El País puede ser un ejercicio de lo más interesante. Al menos, a mí me ha hecho pensar mucho.
El librito en el que se recopilaron las ciento once tiras de que se compuso la serie tiene sesenta y cuatro páginas, de las que aquí va la primera mitad. Mañana, si el tiempo no lo impide y la autoridad competente lo permite, volcaré el resto.
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